Hace algo mas de tres años escribí estas notas sobre algunas camisetas de la historia de nuestro club. Alguna fue publicada parcialmente y el resto nunca salieron a la luz. Hoy, luego de logrado el tan ansiado campeonato, las libero. Se las regalo para que las disfruten, las padezcan o las ignoren a gusto.
Agradecimiento: Al facebook Los Andes Mil Rayitas por volverse víctima de este robo de fotos que grafican la nota. A Los Andes por todo lo anterior, por este campeonato y por lo que vendrá.
SON TODAS LINDAS I
Muchos despistados por el título podrán creer que nos referirnos en esta sección a las hinchas mil rayitas, adéntrense en esta lectura si quieren entusiasmados por esa premisa engañosa. Pero en realidad en su interior encontrarán algo aún mejor, una nota especial para cada una de las mejores camisetas de nuestro Los Andes.
Con ustedes esta recopilación que no es más que una historia de amor por la casaca mas linda, la nuestra.
CAMISETA DE LOS ANDES 1994
Vamos a empezar por desplegar una de las joyitas del placard, a una de las más bonitas camisetas que alguna vez usamos le llegó el momento de volver a lucirse. Es cuestión de descolgarla de esta percha que alguna vez se personalizó en el potente “Bichi” Fuertes, el maestro Gilmar Gilberto Villagrán o el mismísimo portador del apellido trigeneracionalmente ascendido Hernán Da Graca.
Entre tanto buen pié la pilcha no era lo de menos y la gente de ED que diseñaba por aquellas épocas nuestra camiseta desde hacía varios años, realizó un modelo que jamás podremos olvidar.
Fue vanguardista por donde se la mire, combinaba la marca de agua que hoy nuevamente se ha puesto de moda y por aquellas épocas Inglaterra estrenaba para la Eurocopa 92, con el difuminado en las rayas que en el Italia 90 había causado sensación. Entonces en cada fino bastón se podían ver varios escudos mil rayitas en distintas tonalidades de rojo.
Como si no fuera suficiente el diseño se complementaba con una publicidad de prestigio internacional como Pepsi cuyo, para entonces nuevo logo en azul y rojo, parecía diseñado específicamente para nuestra casaca.
Esta crónica de aciertos acompañó un ansiado camino al ascenso a la “B” Nacional, que puede revivirse nuevamente al entrar por debajo de la tribuna de Boedo al Gallardón cuando la oscuridad de nuestros párpados se transforma en recuerdo. Entonces vemos el efecto que toma un poético tiro libre uruguayo para colgarse del ángulo, sentimos el golpe seco de una pelota trabada por Cacho Córdoba y mientras sonreímos por el privilegio de haber disfrutado del último win del fútbol argentino, intuimos que el “Negrito” Romero va a desbordar haciendo equilibrio por la línea derecha frenéticamente. La última imagen soñada nos transporta hacia lo excéntrico para contemplar los inflables gigantes de la latita de gaseosa y el jugo que superaban la altura del gimnasio. Para ver Santa Fe exhibiendo un disfraz carnavalesco con cientos de banderines rojiblancos cruzando la avenida por los cielos.
Vuelven a abrirse los ojos ya empañados y al divisar en la tribuna algún hincha con esa gran camiseta que usamos en 1994, nos envuelve la inevitable sensación de amor desbordado que solo nuestro querido club nos puede provocar. Nos tomamos un segundo para seguir disfrutando la camiseta mientras volvemos a reflexionar; “Son todas lindas”.
AUSPICIANTES: El principal ya mencionado anteriormente era Pepsi que por esas épocas hacia un importante relanzamiento que incluía su cambio de fórmula que acercaba su gusto al por entonces inigualable sabor de Coca Cola. Cuando la Pepsi pasó de ser fea a rica, desembarcó en nuestra camiseta al tiempo que auspiciaba a los jugadores de la selección y a Gabriela Sabatini.
En la parte trasera el laboratorio Baumer, actualmente instalado en Brasil, formaba parte de la espalda por sobre el número.
CAMISETA SUPLENTE: Para ese año, principalmente en la segunda rueda, se usó un modelo suplente que ya habíamos utilizado hace un par de años. Inspirado en el modelo estrenado por Puma para la selección de Austria en Italia 90´, invirtiendo los colores de la suplente austriaca y reduciendo la anchura del detalle sobre el costado izquierdo. Podríamos decir aún a pesar de las distancias, que a Raúl Papescu le quedaba mejor que a Alton Polster, aun cuando su cosecha de goles no fue tan fructífera. Una muy bonita camiseta suplente, para un año idílico.
PANTALÓN: Un segmento destacado de aquella ropa constituye la evolución de los pantalones. A principio de temporada eran blancos, luego pasaron a ser negros y finalmente terminamos con unos que llamaron la atención puesto que nunca se volvieron a repetir en nuestra historia. Se trata de unos negros, con una línea gruesa de aproximadamente 15 centímetros que abarcaba ambos costados continuando el motivo de la camiseta titular con exactitud. No solo quedaba muy bien, sino que también constituía un detalle innovador que grafica cuanto empeño y entusiasmo se había puesto en el desarrollo del conjunto completo.
ED: Gran trabajo realizó por aquellos días ED que es la empresa de indumentaria deportiva que esbozó por variedad, creatividad y respeto por la historia; algunos de los mejores diseños, vistiendo a Los Andes en las tres décadas precedentes. Eduardo Dou y su gente resultaron ser fabricantes confiables con gran ojo para innovar respetando los orígenes. Por lo que ha obtenido mejores logros que muchas otras marcas más reconocidas que vistieron a nuestro club.
SON TODAS LINDAS II
Muchos despistados por el título podrán creer que nos referirnos en esta sección a las hinchas mil rayitas, adéntrense en esta lectura si quieren entusiasmados por esa premisa engañosa. Pero en realidad en su interior encontrarán algo aún mejor, una nota especial para cada una de las mejores camisetas de nuestro Los Andes.
Con ustedes esta recopilación que no es más que una historia de amor por la casaca mas linda, la nuestra.
CAMISETA DE LOS ANDES 1997
A primer golpe de vista podemos reconocerla por las mangas, hasta que una vez extraída de entre el resto vemos como las mismas combinan perfectamente con el resto del diseño mas tradicional. Se nos muestra ancha y holgada como marcando que no escapó a aquellas modas de prendas sueltas del ocaso de mediados de los noventa. Por aquellas épocas la desfilaban un corajudo Juan Carlos Kopriva con su nutrida melena, un lírico volante izquierdo como Fabián Sanchez y un hábil pichón de crack que nos dejó pelados de ilusión por verlo triunfar, Santiago Martinez.
En esos momentos Los Andes venía de puntear un clasificatorio de punta a punta y hasta el final, Puma tenía por función adornar desde hacia tres años cada presentación lomense y en este caso era una grata tarea pues nuestro equipo era el que mejor jugaba en aquel ascenso.
De esta forma lograron congeniar perfectamente en ese verano del 97 un detalle genérico impuesto por la marca en aquellas épocas con la tradicional belleza de nuestra mil rayitas. Aquellas mangas con los pumas impresos en azul furioso sobre finas líneas rojas horizontales en un fondo blanco, resultaban casi un detalle de prestigio para nuestra camiseta hasta terminar las propias mangas en un uniforme rayado albirrojo.
En este enloquecido entrecruzamiento de vectores invertidos la publicidad principal también se sumaba a la espectacularidad del diseño. Entonces la gente de Esco con ese mismo azul destacado que mencionábamos anteriormente se hacia presente bajo el abdomen, entre rayas dispuestas horizontalmente con los tradicionales colores de nuestro club y en oposición a las verticales que como siempre se repetían rodeando el torso.
Los Andes se vistió de primera para alimentar una ilusión de acceso a aquel futbol grande que al calor de ese primer trimestre se fue derritiendo, pero que puede percibirse cuando el reflejo de un intenso sol en la fosa de la platea nos encandila. Entonces disfrutamos ver la pelota pegada a un sabio pié de un Lorenzo Frutos omnipotente que se hace eje de cada ataque, inflamos el pecho ante el sacrificio de un criterioso Marcelo Blanco que hacia todo bien aún sin brillar y nos conmovemos con una épica batalla librada a la derecha del mediocampo, con la fiereza de un Pelado Módica que daba la vida por la patria lomense. Al borde del cierre de la alucinación mientras vemos a decenas de teros reaparecer en el Gallardón, oímos nuevamente sonando de fondo tan inexplicablemente como cada uno de esos años Pabellón Psiquiátrico, cantando “Le metí una mano”.
La realidad se hace presente mientras aún perduran los acordes que acompañan al “Le metí una mano, le metí una pierna, le metí la cabeza y hasta una llave inglesa”, al tiempo que observamos aquellos pumas azules en unas mangas. Entonces sobre ese rojo furioso de la camiseta Puma de 1997, la pasión se nos hace incontenible para abatir otra vez nuestro raciocinio. Nos tomamos un segundo para seguir disfrutando la camiseta mientras volvemos a reflexionar; “Son todas lindas”.
AUSPICIANTES: El mas importante tal como lo mencionamos en el relato era ESCO, una financiera que ya nos había regalado el año anterior la alegría de humillar a nuestros eternos rivales poniendo rayitas rojas y blancas en su camiseta verde (cuando no usaba una roja con la que el “Jardinero” Cruz ha festejado algún gol). Su publicidad estaba tanto en el frente como en la espalda.
CAMISETA SUPLENTE: Codiciada por la gente de Lomas se volvió con los años aquella camiseta suplente del 97. A pesar de contar con dos situaciones a priori adversas como ser el hecho de que su diseño se correspondía totalmente a unas genéricas casacas comercializadas por Puma esos años y a un color hasta entonces ajeno un club bastante conservador al respecto; gustó. Aquel violeta profundo con detalles en blanco y los números rojos, le dieron un colorido especial a varias de aquellas tardes. Fue una muy bonita camiseta suplente recordada por todos los afortunados que alguna vez la vimos brillar.
PANTALÓN: Rojo con cierto brillo para la titular y blanco para la suplente, no era un pantalón más. En el borde inferior a la altura de la costura una cinta con varios pumas persiguiéndose rodeaba el muslo y resultaba otro agradable detalle que complementaba este gran equipo de juego del CALA.
PUMA: Ropa de excelente calidad siempre ofreció esta importante marca alemana y por aquellos años no fue la excepción. Resultaron ser las primeras camisetas con un grado de comercialización importante que podían encontrarse con cierta facilidad en las casas deportivas de lomas. En épocas donde el ser o no ser pasaba por la necesidad de ingresar al primer mundo, Los Andes pisaba fuerte con una marca de prestigio mundial.
SON TODAS LINDAS III
Muchos despistados por el título podrán creer que nos referirnos en esta sección a las hinchas mil rayitas, adéntrense en esta lectura si quieren entusiasmados por esa premisa engañosa. Pero en realidad en su interior encontrarán algo aún mejor, una nota especial para cada una de las mejores camisetas de nuestro Los Andes.
Con ustedes esta recopilación que no es más que una historia de amor por la casaca mas linda, la nuestra.
CAMISETA DE LOS ANDES 1990
Inclusive podríamos pedirle a alguien que no tenga nuestra suerte de ser hincha de Los Andes que la busque en nuestro ropero pues posiblemente la hallaría por sobre el resto, mas aún si la persona en cuestión ya ha peinado algunas canas. Solo será cuestión de indicarle que busque una camiseta igual a la elegida como la mas linda en el mundial 1986 y encontrará esta hermosa réplica que nuestro club lució unos años después. Claro que en tierras mexicanas aquella Dinamarca que goleó 6-0 a Uruguay le dio un vuelo futbolístico extremo cuando se la calzaba Michael Laudrup, el veloz pero hábil Preben Larsen y Jesper Olsen, el volante que daba juego a aquella increíble selección denominada “Dinamita Roja” o “El Tomate Mecánico”.
La transición hacia nuestro amado sur se dio pasando de la imagen de aquellos blondos muchachos estilizados, a estos morochos de pelos arremolinados dispuestos a dar batalla al temido descenso.
Los Andes la usó para épocas no tan gloriosas en las que tenía un equipo de buen pié que inclusive terminó la primera ronda a cuatro puntos del Huracán puntero y futuro campeón, pero su escueta herencia de puntos le generó una presión que lo llevó a aflojar en el final hasta condenarlo a su primer descenso a la tercera categoría.
Copiando el modelo original de la marca Hummel del año 1986 la gente de ED logró una casaca que, respetando nuestra historia, resulta ser posiblemente la mas distinta de las titulares y una de las mas bellas.
Partida en dos mitades la camiseta al estilo Ajax, de un lado el rojo era absoluto mientras que el otro cincuenta por ciento estaba formado por unas muy finas rayas albirrojas. En las mangas se repetía el motivo del lado opuesto, quedando entonces una camiseta con una distribución y una uniformidad irrestricta que la hacía hermosa.
La publicidad era sutil y hasta podía disfrutarse entreverada en la camiseta. Se trataba de la empresa de medicina prepaga Ciprem, que hasta generaba un sentido de pertenencia barrial que neutralizaba los foráneos orígenes de la musa inspiradora.
En Lomas de Zamora la dinamita roja nos explotó en la cara en forma de descenso, pero aún hoy el estruendo de un cohete al sentarnos en la tribuna nos puede volver a depositar por un instante en aquellas tardes de buen futbol. Entonces nos emocionamos con la entrega de un Héctor Atilio Franchoni que traba dos o tres veces por jugada hasta quedarse con la pelota, percibimos la elegancia del “Pepe” José María Moreno y repasando por un momento un gol extraordinario suyo en cancha de Lanús, nos deleitamos con apiladas fantásticas del “Chango” Ibañez que a pura gambeta va haciendo apología de la habilidad extrema. Sobre el final del tercer tiro del mortero, repasamos antes de volver al presente, aquellas pelotas con las estrellas negras dibujadas saltando por nuestro imponente campo desparejo y los queridos arbustos al borde de cada corner que servían para que el ejecutante se recueste en ellos a esperar pacientemente la llegada de aquellos pesados centrales ochentosos.
Despertamos entre miles de camisetas en “ La Palacios ”, con dificultad logramos ubicar una de aquellas casacas de Los Andes versión danesa. Obnubilados por el deseo de tenerla y ante la imposibilidad de conseguirla, sufrimos un anhelo impostergable que nos hace inclusive pensar en ofertar al portador lo que no tenemos con tal de conseguirla. Nos tomamos un segundo para seguir disfrutando la camiseta mientras volvemos a reflexionar; “Son todas lindas”.
AUSPICIANTES: Era CIPREM la empresa que se dio el gusto de formar parte de esta camiseta. Una medicina prepaga que estaba en pleno crecimiento, según los que saben, en base a un excelente servicio. Ese año ninguna prepaga podría cubrir el dolor de un descenso, a pesar del grato recuerdo que esta dejó en sus asociados y en los hinchas que queremos tanto esta casaca..
CAMISETA SUPLENTE: Por esas épocas se usaron un par de camisetas suplentes. Una con finísimas rayas blancas de casi un milímetro, sobre un rojo púrpura casi esmaltado.
Otra muy bonita camiseta blanca que tenía una doble línea roja que le atravesaba el pecho dibujando un par de diagonales para volver a correr paralelas. Este último modelo estaba inspirado en una exitosa camiseta suplente de Adidas que en ese entonces usaban San Lorenzo y Boca como alternativa, también sobre fondo blanco.
PANTALÓN: Rojo brilloso con finas rayas blancas para la titular tal como lo hacía Dinamarca pero sin combinarlo con unas medias tan jugadas como las rayadas de los daneses. El pantalón tenía solo el número por aquellas épocas sin el escudo. A diferencia de la mundialista que tenía el número azul, nuestro modelo lo tenía en blanco.
ED: Un lugar importante en base a esfuerzo ha obtenido esta humilde empresa radicada en nuestro partido. Supo suplir el hecho de no ser una marca de elite con una alta calidad de producto y con diseños arriesgados de los que han salido siempre mas que airosos.
SON TODAS LINDAS IV
Muchos despistados por el título podrán creer que nos referirnos en esta sección a las hinchas mil rayitas, adéntrense en esta lectura si quieren entusiasmados por esa premisa engañosa. Pero en realidad en su interior encontrarán algo aún mejor, una nota especial para cada una de las mejores camisetas de nuestro Los Andes.
Con ustedes esta recopilación que no es más que una historia de amor por la casaca mas linda, la nuestra.
CAMISETA DE LOS ANDES 2001
Como vestirse para vivir un sueño era la consigna por esas épocas en las que muchos vimos concretarse la mas anhelada de nuestras fantasías. Tras ubicarla de entre el resto podemos descolgarla del cuello mientras recordamos aquellos dias en los que cumplimos la promesa de copar la Bombonera y el Monumental. Aportaban su elegancia a ese año de elite futbolística un exquisito nueve como el Lechuga Maggiolo, un central de selección con categoría como el peruano Juan Pajuelo y aquel “Chiche” Migliardi que con el cielo de fondo nos llevó nuevamente a la tapa de El Gráfico cuando Avellaneda fue testigo de una vuelta gloriosa.
Aquel plantel de primera división estaba bien armado y hasta podríamos apostar a que en cualquier otro torneo no se hubiera descendido, pero ese año el nivel era altísimo. El arranque fue feroz con varias fechas de invicto al inicio, pero lamentablemente después con una de esas tantas rachas adversas que han acosado nuestra vida institucional todo se volvió muy cuesta arriba.
Con ropa de excelente calidad Signia abandonó la importación de camisetas extranjeras inconseguibles, para dedicarse a la producción propia de la indumentaria de unos pocos equipos de la máxima competencia nacional entre los que se encontraba nuestro amado Los Andes.
Mas papistas que el Papa tomaron literalmente a nuestro querido Mil Rayitas para hacerlo camiseta. Entonces uno se encontró ante un modelo que realmente tenía la cantidad exacta de rayas que prometía. Una camiseta que escapaba a aquella injustificada fobia del “parece rosa”, que no tiene demasiado sentido pues no existe problema alguno en el hecho de que parezca rosa o inclusive lo sea. Cuanto mejor hubiera sido si en el derroche de talento imaginativo del diseñador, no se hubiera encontrado con ese cuello que resultaba algo exagerado. Pero solo se trató de un detalle en una camiseta que nos ha generado tanto cariño. Como también fue un detalle, aunque bastante mas favorable, la inclusión de acuerdo a FIFA del número en el frente de la camiseta en este caso en color azul.
La publicidad de una prepaga ocupaba el espacio justo, sin generar ningún tipo de acepciones ajenas a la tradición y encajaba realmente bien en la camiseta pues no tenía influencia negativa sobre el diseño. Por el contrario generaba un valor agregado, mas aún en las mangas donde la publicidad de una casa deportiva le daba un toque de color adicional.
Un poco empujados como tantas otras veces desde Viamonte y otro tanto despabilados por las urgencias que impone escapar un primer año al descenso, fuimos despertando al mas maravilloso de nuestros sueños. Aquella vez fue todo un año onírico con los ojos abiertos, ahora solo nos queda perder la vista en el horizonte con la cabeza encajada entre los barrotes que nos separan del campo en la tribuna de Boedo. Para así, volver a disfrutar el tranco lento pero criterioso del uruguayo Víctor López, sentir nuevamente agradecimiento por un “Turco” Salomón que no deja de correr ni por un segundo y ponemos de puntas de pié para no perder detalle de un Felipe Desgastizabal que encorvado va esquivando rivales a plena desfachatez. Ya cuando nuestro rostro avanzando sobre el caño nos hace sentir la presión, un recuerdo final nos trae la imagen del estadio iluminado por la tribuna en plena oscuridad de Lunes contra Gimnasia. En medio de la emoción por aquella noche transformada en roja por nosotros, nos despedimos de primera por la puerta grande para abrir los ojos en plena rudimentaria Primera “B”.
Sin mucho esfuerzo encontramos un treintañero con la camiseta de las exactas 1000 rayas. Contentos nos animamos a extender aquella felicidad un ratito mas, mientras pensamos poner a algún sobrino a contar las rayas cuando lleguemos a casa. Nos tomamos un segundo para seguir disfrutando la camiseta en pleno trance de enamoramiento, en el que mimetizados con ella contemos mil latidos exacerbados de nuestro corazón mientras volvemos a reflexionar; “Son todas lindas”.
AUSPICIANTES: El mas importante tal como lo mencionamos en el texto era HC Personal, una empresa de medicina prepaga. En el ranking de tipo de anunciantes por rubro, luego de las financieras las asistencias médicas se han repetido en varias ocasiones. Desde Femeba Salud, pasando por Cardio Sur y Ayuda Médica hasta llegar HC se podría decir que nuestro club ha gozado de buena salud publicitaria. Show Sport con un logo muy llamativo formaba parte de las mangas y daba algún colorido adicional.
CAMISETA SUPLENTE: Manteniendo las bondades del diseño original, se transpolaron los colores obteniendo un naranja sobre fondo azul que resultaba glamoroso. Podríamos decir que esta suplente estaba muy bien, pero lo que mas adherentes ganó vinculado a esta fue el equipo deportivo. En los mismos colores y con un gran LA atrás, este conjunto de gran calidad se ha vuelto uno de los preferidos por sus muy buenos materiales, su terminación, su comodidad y su esteticismo.
PANTALÓN: Blanco con una especie de pentágono achatado azul bajo la cintura, tenía también algunos rasgos rojos que le daban un toque institucional. El suplente era azul con ese pentágono en naranja. Resultó ser el primer pantalón en nuestra historia que tenía una publicidad adicional al fabricante del mismo. Una modalidad que rápidamente se popularizó.
SIGNIA: Casa deportiva surgida en el 1999 y perteneciente al ya faraónico Torneos y Competencias, inicialmente se dedicó a la venta de camisetas originales importadas. Ya al año siguiente tras asociarse con Gatic produjo las camisetas para los primeros dos clubes que portaron esa marca, uno era aquel San Lorenzo campeón y el otro nuestro Milrra querido. Fue un año y fracción lo que duró la relación comercial y este fue el único modelo de camiseta que diseñaron para nosotros.
SON TODAS LINDAS V
Muchos despistados por el título podrán creer que nos referirnos en esta sección a las hinchas mil rayitas, adéntrense en esta lectura si quieren entusiasmados por esa premisa engañosa. Pero en realidad en su interior encontrarán algo aún mejor, una nota especial para cada una de las mejores camisetas de nuestro Los Andes.
Con ustedes esta recopilación que no es más que una historia de amor por la casaca mas linda, la nuestra.
CAMISETA DE LOS ANDES 1961
Muchos equivocadamente podrán creer que en la prehistoria marketinera las camisetas eran mas o menos iguales, en este relato comprobarán que no. Rápidamente nos invade la nostalgia cuando vemos emerger de entre tanto poliéster un modelo de piqué, que liviano se desliza por los aires como papel hasta aterrizar en nuestra cama. Como un barrilete la trasladaba mas en el aire aún Norberto Figueroa a pura velocidad, la paseaba Miguel Ángel Baiocco cuando dibujaba un surco por la derecha y le multiplicaba unas veinte veces el peso cuando la dejaba transpirada Héctor Abril en manos del histórico utilero Domingo Abitale luego de cada partido.
Aquel equipo se había preparado para enorgullecernos en nuestra primera participación en la máxima categoría del futbol argentino. Fue solo un año en el que nos dimos algunos gustos como vencer a Boca en la Bombonera , pero una levantada en las últimas fechas no alcanzó para mantener la categoría.
Posiblemente resulte imposible determinar a que casa de ropa se encargó su fabricación, lo cuál es una verdadera lástima pues no tendremos a quien agradecerle por un diseño que mereció ser repetido.
La cuestión es que cuando los clubes no incluían detalles en sus camisetas que excedieran del agregado o el quite de un cuello o un bolsillo, por Lomas se fue algo mas allá. En primer término sorprende y es digno de celebración el hecho de elastizar el borde inferior de la camiseta para hacerla quedar con un corte similar a un sweater. Ese elastizado se realizaba a través de un elástico ancho de unos ocho centímetros, formando por dos bandas rojas y una blanca en el medio, que constituían la novedosa inclusión de una bandera dentro de una camiseta. Este detalle resultaba un llamado directo a la rebeldía y a la desfachatez, pues su uso obligaba a poner la casa por fuera de los pantalones tal como la solían usar los crack pero sin perder elegancia. Este detalle genial aportaba también al disimulo de panzas por la holgura que antecede a la parte ajustada y era muy bien acompañada con detalles similares en las mangas y el escote en “V” donde se repetían las banderas. Tan bueno resultó ese diseño que se mantuvo durante varios años hasta las vísperas del próximo ascenso en el 67.
No incluía tal como siguió pasando dos décadas después ningún tipo de publicidad, por lo que era de aquellos modelos límpidos que los mas puristas añoran desde su status de detractores de la comercialización del futbol.
Imposible no amarla, aquella casaca nos remonta a los días en que ampliando nuestro estadio y nuestra sede se forjaba nuestra grandeza institucional entre bailes y variadas disciplinas deportivas. Entonces al sentir el idéntico sonido del silbato inicial que aún invade nuestras canchas podemos imaginar una pirueta de León Goldbaum para embolsar una pelota en pleno vuelo en épocas en que los arqueros no daban rebote, ver una corajeada de Héctor Pedutto empujando un día de lluvia aquella pelota que parecía de plomo al mojarse y asombrarnos con las maravillas de un Urban Farías que se autodefinía como un fantasioso que jugaba para la tribuna, Dios lo bendiga por eso. Entonces con nuestra edad actual nos igualamos a nuestros abuelos o bisabuelos metidos en la tribuna, viendo con asombro como crece hasta una enormidad inimaginada la tribuna mas grande del mundo en plena construcción. Entonces en un abrazo imaginario con nuestros ancestros contemplamos al hermoso monstruo de cemento emocionados por nuestra gloria. El pitido de la primera falta en este fútbol cortado de hoy, nos cachetea con una realidad alejada de aquellas obras majestuosas.
Nos abrazamos a la bandera mas cercana en el Gallardón buscando rememorar aquel elástico mientras devolvemos a nuestra mente la bella imagen de aquella camiseta. Entonces el placer nos invade mientras descansamos nuestros labios, entre las telas y el alambrado, en los colores mas amados hasta que por fin volvemos a reflexionar; “Son todas lindas”.
AUSPICIANTES: Por aquellas épocas la publicidad no existía en la ropa de los equipos, lo que dejaba a la camiseta exhibirse con autenticidad absoluta. De haberse implementado por aquellos años el auspicio, no sería de extrañar que durante un buen tiempo la lechería o inclusive el dulce de leche Gallardón hubiesen acompañado estampados el andar de nuestros players. Por lo que desde aquí a la distancia temporal con fundamentos tan justos como caprichosos, le daremos el mote de auspiciante implícito y honorario a ese dulce de leche.
CAMISETA SUPLENTE: Posiblemente a nuestro primer triunfo en el fútbol dominical de aquella primera “A”, sobre Boca, le debamos la posibilidad de poder acceder al recuerdo de una camiseta suplente de épocas donde poco se usaban. El Mil Rayitas usaba una toda roja con rayas finas de un centímetro de ancho separadas entre si por unos siete centímetros. Aquella camiseta era parecida a la New Balance con la que se ascendió a primera, pero con los colores invertidos. Preciosa casaca que por estos días no se ha vuelto a repetir.
PANTALÓN: En general era azul, aunque también podía ser negro. Era de aquellos pantalones duros, de telas gruesas, que posiblemente generaba un microclima con alerta roja a medida que pasaban los minutos.
GENERICO: Entre las camisetas genéricas esta ha sido una de las mejores. Esto nos somete a la misma frustración que aquellas grandes obras de autores anónimos, donde no podemos realizar un análisis adicional al propio material. Entonces a la hora de repartir agradecimientos por este modelo, solo podremos imaginar alguna casa deportiva de la época y agradecerle a nuestro bendito club por ella.
SON TODAS LINDAS VI
Muchos despistados por el título podrán creer que nos referirnos en esta sección a las hinchas mil rayitas, adéntrense en esta lectura si quieren entusiasmados por esa premisa engañosa. Pero en realidad en su interior encontrarán algo aún mejor, una nota especial para cada una de las mejores camisetas de nuestro Los Andes.
Con ustedes esta recopilación que no es más que una historia de amor por la casaca mas linda, la nuestra.
CAMISETA DE LOS ANDES 2006
De las titulares metidas en los hombros plásticos del ropero, es la única que tiene la parte superior con un motivo mil rayitas en fondo rojo y con líneas blancas en forma de pipa doble. La extraemos desde la mayor profundidad del colorado encerrado en la oscuridad, para contemplarlo a plena luz del día dando brillo a una camiseta que honra nuestra historia con belleza. Mucho mas fácil era por esas épocas exhibirla cuando abundaban binchitas con melenas al hombro en un zurdo talentoso como Marcelo Couceiro, un habilidoso enganche cuasi escuálido como Palito Colliard e inclusive en un nueve de otra categoría con un corazón enorme como Trapito Vega, que nos emocionaba desparramando una mágica fusión de talento con entrega devocional por Los Andes.
Un equipo armado para ascender rápidamente que paradójicamente para cualquiera, menos para nosotros que nos pasa seguido, rápidamente quedó afuera de toda lucha en ese torneo.
Como tantas otras veces en nuestra historia el encargado de vestirnos fue Nanque, pero a diferencia de ocasiones anteriores esta vez escapó a la poca capacidad imaginativa que lo caracterizaba para realizar una camiseta que realmente estaba muy bien.
Al detalle muy beneficioso mencionado del motivo sobre los hombros formado por el logo del fabricante de ropa en forma de raya curvada en los extremos, podremos sumar otros aciertos que le cabían muy bien. Contaba con un corte circular a la altura del pecho que ponía por sobre este un rojo absoluto, matizado espaciadamente por unas ventanas blancas que salían en diagonal desde los hombros neutralizando cualquier posibilidad de monotonía. Completaba su buen gusto con el escudo correctamente ubicado sobre la izquierda, la marca en el medio y una bandera argentina en el pecho derecho para liberar a los viajantes de explicar aún a miles de kilómetros el origen de nuestro club.
La publicidad de Punta Mogotes con la ola y las letras cancheras bajo el pecho entonaban sin problemas con la camiseta. En la parte trasera Ayuda Médica resultó, con sus rayas de emergencia rojas y blancas en diagonal, ser uno de esos auspicios shirt friendly que logran una simbiosis con nuestra camiseta como lo fue Esco en su momento.
En buena hora logró destacarse Nanque con una camiseta que merece un lugar en nuestra historia, justo el último año que nos fabricó indumentaria. Mirando el pasto debajo de la cabecera nos trasladamos a esos días en que Gustavo Ruiz Díaz nos apasionaba hasta el aplauso cuando portando ese último overol rayado se sacrificaba una vez mas, nos sorprendemos con un Marcos Brítez Ojeda que a fuerza de calidad se sobrepone a los murmullos que se alzaban por su lentitud hasta transformarlos en ovación y entusiasmamos cuando ajustada al cuerpo tironeado por varios rivales la usa un Martín Castagnino que por esos inicios parecía un imparable despilfarro de picardía. En un último momento recordamos cuando todavía podíamos optar por la popular de Bichito Rojo para ver los partidos en las cercanías del arenero. Sentimos nuestros cuerpos elevarse de aquel pasto, para situarse en las alturas sobre una tribuna cabecera que aún no existía para darnos cuenta que estamos en esta actualidad.
Desesperados buscamos una camiseta con ventanas en los hombros entre la tribuna y la encontramos, para una vez mas enamorarnos de nuestros colores, de nuestra historia, de cada una de nuestras rayas hasta que por fin volvemos a reflexionar que; “Son todas lindas”.
AUSPICIANTES: En la publicidad teníamos un lugar referencial del país que estaba en pleno auge de crecimiento. Un lugar que se volvía un ícono del acceso popular a ropa que parecía solo alcanzable para un sector privilegiado de la sociedad, como una especie de Notthinham textil en Lomas donde los Robin Hoods de las vestimentas habilitaban el acceso a las grandes marcas para todos. Perfectamente encuadraba entonces en un club de los humildes, del pueblo, el auspicio de un Punta Mogotes ubicado en nuestra Lomas de Zamora. En la parte trasera repetimos una vez mas el auspicio medicinal con la gente en este caso de Ayuda Médica.
CAMISETA SUPLENTE: Excelente azul profundo, tremendamente oscuro que lucía por contraste absoluto los detalles en rojo de los hombros, mangas y cuello. Acompañaba esta gran camiseta una media docena de rayas rojiblancas a cada lado. Totalmente lisa en frente y espalda esta camiseta por su simpleza, color de fondo y por como resaltaba nuestro rojo, fue por combinación de colores la mejor suplente. Difícil de conseguir, capta la atención de todos los que no llegaron a adquirirla y siempre desearán tenerla.
PANTALÓN: Con la suplente y la titular era rojo (a veces blanco), dando continuidad a la cinta con logos de la fábrica de ropa en los laterales del pantalón. Los números eran blancos, con una tipografía bastante informal que le daba un aire juvenil.
NANQUE: Sometido desde un principio a la impenetrable barrera que constituyó el estar tan vinculados a la historia de nuestro clásico rival, nunca gozó del visto bueno del hincha. A su vez no han tendido a hacer trabajos demasiados elaborados sino que, por el contrario, solían vestirnos con diseños genéricos. Con el agravante de que, en varios casos, esas molderías eran pre-estrenadas por nuestro rival de los cien colores de camisetas y las banderas mezcladas con naranja. No obstante eso, empujado en parte porque nuestra camiseta obliga a los fabricantes a adaptarse a la finura de nuestras rayas, ha tenido buenas camisetas. Luego de vestirnos varios años podemos contarle entre sus mejores aciertos esta camiseta con preponderancia roja y muy bien acompañada por una destacada suplente.
