domingo, 16 de junio de 2019

NO VOTARÍA A NADIE, NI BOTARÍA A NADIE


¿Guatemala o Guatepeor?, a todos los hinchas de Los Andes que no participamos de las agrupaciones intervinientes nos une el escepticismo sobre unos y otros por igual. Inclusive, intuyo que gran parte de los integrantes de cada lista también comparten en mayor o menor medida esta sensación.
Todos tienen un poquito de lo bueno que garantiza tener hinchas confesos que han dado mucho por el club y mucho de lo malo que aportan personas ajenas junto a otras que han formado parte de nuestras peores experiencias institucionales que ya no imaginábamos ni en pesadillas.
 Como si estos últimos horribles años del club no hubieran sido suficiente mal trago, ahora tenemos que convivir en este tortuoso y larguísimo receso con la desesperanza de una elección que genera más miedos que expectativas.
Vienen con las propuestas de siempre, esas que venimos escuchando todos casi desde que nacimos y que no han dejado de fallar, aún en los efímeros años de nuestros casuales éxitos futbolísticos.
Van escondiendo detrás de expresiones altruistas la intención de quedarse con el poder sobre el fútbol apropiándose del motor de las ilusiones de nuestro principal patrimonio que siempre hemos sido nosotros, los hinchas.
Porque si bien siempre ha sido importante, y más en estos años, el aporte de las otras actividades como capitales golondrinas que pueden ayudar al club. Son integrantes del club de gran valor, pero pueden emigrar en cualquier momento a instalaciones de otros clubes a diferencia de los hinchas que siempre estaremos. Los que pagan la cuota de socio religiosamente y los que no la pagamos, por si quedaba alguna duda, el año pasado dimos muestras en varias ocasiones de nuestro potencial llenando la cancha en los peores momentos ante el inminente descenso de categoría.
Es en este contexto que me animo a decir que los hinchas como protagonistas eternos necesitamos un cambio radical, un sacrificio real de alguno de los candidatos, una propuesta que difiera de todas las anteriores y nos quite definitivamente la suspicacia de que vienen solo por nuestro fútbol.
El verdadero acto de grandeza, el gran logro, la grata sorpresa, sería que propongan renunciar totalmente a ejercer el manejo de nuestro fútbol. Siendo que siempre este ha sido el mayor causante de nuestros desequilibrios económicos, de nuestras grandes desilusiones deportivas, de nuestras miserias dirigenciales y de las principales disputas de poder.
Déjenlo en manos de gente ajena al club que por un tiempo usufructúe con el mismo a cambio de liberarnos de la deuda que este nos ha acumulado, que tengan la oportunidad de trabajar en un proyecto futbolístico que todos nosotros hemos demostrado ser incapaces de desarrollar y que respondan con su patrimonio por las consecuencias de sus actos.
Propongo que los próximos dirigentes apliquen su heroísmo a trabajar en todos los ámbitos sociales y administrativos muy importantes de nuestra intención, en el que podrán dar muestras de su amor por el club y sus habilidades para la gestión.
 Pongamos, ante esta inaptitud crónica y por una vez en la vida, todo nuestro fútbol en manos de especialistas probos que sin los desbordes en que caemos los hinchas nos saquen de esta deuda gigante, que nos eviten los fracasos y errores en los que incurrimos permanentemente respaldando con su patrimonio su gestión.
Si Los Andes es su sangre, tengan la grandeza de aceptar esta incapacidad y renunciar a la vedette por la que todos se pelean siempre dejando por un lapso el fútbol libre de las malas decisiones que siempre se tomaron desde el club y trabajando en las sombras de la humildad alejados de los reflectores de la cancha por nuestro crecimiento.



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